top of page

Por José Landa

 

Si las violaciones a derechos humanos, así como los agravios contra periodistas en el mundo es un problema que ocupa a instituciones, gobiernos y organismos no gubernamentales, en Campeche, México, eso le importa poco al gobierno y buena parte de la sociedad: los agravios están a la orden del día, como la censura, la represión, así como la simulación de cumplirse con la legalidad y la pluralidad.  

La Convención Americana de Derechos Humanos dejó bien clara la importancia de la comunicación para el desarrollo de los pueblos democráticos o, que al menos, se precien de serlo. “La libertad de expresión es una piedra angular en la existencia misma de la sociedad democrática (...) Una sociedad que no esté bien informada no es plenamente libre”. Lo anterior tiene relación con un tema necesario de desarrollar, y que poco se ha discutido en Campeche: el ejercicio periodístico desde un punto de vista humanístico, que engloba por supuesto aspectos de índole cultural, político y económico y, sin embargo, cuenta con un marco legal que la mayoría de veces es soslayado o abiertamente ignorado por un gran porcentaje social, por lo que los derechos suelen ser esquivados, o ya de plano atropellados sin el menor recato.

En Campeche, como en prácticamente toda la República y en gran parte del mundo, el ejercicio de la comunicación –ya sea estrictamente científica, artística o periodística– se ha convertido en una actividad por una parte riesgosa y, por otra, demasiado limitada por agentes externos o bien por los propios comunicadores. Si se trata de informar, la información veraz y plural está controlada por intereses políticos o económicos o simplemente meros obstáculos culturales, como el caso de la religión o la moral; si de expresar –piénsese en las actividades estéticas– los mismos obstáculos cobran sus matices particulares; y si de transmitir conocimientos científicos –cuando la ciencia corre con la fortuna de desarrollarse levemente– también existen sus límites pues, muchas veces, la razón suele verse coartada por los mismos factores ya que, la verdad, puede afectar las formas como una sociedad concibe al mundo, en buena medida a causa de que todo “lo nuevo”, es probable, genere inseguridad, desconfianza, natural, inherente al ser humano.

marco-ottaviano LIGE.jpg

Foto: Marco Ottaviano. 

bottom of page